Voluntariado Europeo. ¡La experiencia de Iván!

¡Buenos días de martes! 🙂
¡El mundo cambia y con él nosotros! Cada vez conocemos más y más personas implicadas en la ayuda hacia los demás y lo que supone hacerlo. Muchos piensan que es una forma de viajar, pero la realidad es que un acto altruísta que hace que dejemos TODO para desarrollar proyectos que aportan mucho valor, más de lo que podríamos imaginar.
Este es el caso de nuestro amigo Iván, una persona luchadora, motivada por el cambio y muy positiva, que ha ido dejando huella en algunos rincones europeos. ¿Quieres conocer su historia, una historia cargada de anécdotas?
¡Ahi va!
 
Servicio de Voluntariado Europeo, SVE
«Muy buenas, Mi nombre es Iván Umpiérrez Cañada natural de la isla de Lanzarote pero actualmente residiendo en Tenerife. Tengo 28 años y me encuentro en búsqueda activa de empleo a la vez que estudio lenguaje audiovisual y cine.
Iván
Antes de hablar del tema en cuestión, veo necesario explicar brevemente mi trayectoria previa a la realización del “Servicio de Voluntariado Europeo” conocido como EVS. A pesar de haber sido un niño Z, de los que cursaron diversificación de cursos de la ESO donde se agrupa, en muchos casos, adolescentes inmigrantes, conflictivos o no motivados (como considero mi caso) Tuve la suerte de dar con profesores que supieron activar el efecto mariposa que necesitaba. Tras acabar la ESO en 2003 cursé un ciclo formativo de grado medio de Gestión Administrativa con resultados satisfactorios, pero luego me di cuenta de la gran competencia que tenía en la isla y tan siquiera empezar la crisis vi de la escasez de diversidad educativa que existía y existe en Lanzarote, por lo que hice lo que solo algunos pueden, estudiar fuera de la isla. En Tenerife realicé 4 ciclos formativos más; de Grado Medio: Comercio  y gestión de espacios comerciales, y Grado Superior: Gestión Comercial y Marketing, Comercio Internacional, “con prácticas de 3 meses en Italia”, y Transporte y Logística.
A medida que estudiaba lo anteriormente descrito, junto con el refuerzo de la escuela oficial de idiomas “inglés, italiano y alemán”, me encontraba en búsqueda de empleo, pero la situación laboral empeoraba. A finales de 2013 me encontraba hundido, con 5 ciclos formativos, idiomas  y algo de experiencia, ¡fue entonces cuando descubrí el EVS!
Me dispuse a ser voluntario local, pues aun teniendo experiencia de los trabajos estacionales que conseguía, siempre en navidad y verano, necesitaba sentirme activo… y que mejor forma de hacerlo que dándome a los demás. Asistí a cursos y charlas entre las cuales estaba INDICOT e ISLA CREACTIVA, las organizaciones coordinadoras de EVS. Allí me enseñaron que el servicio es una experiencia de aprendizaje en el ámbito de la educación no formal, en la que las personas jóvenes voluntarias mejoran o adquieren competencias para su desarrollo personal, educativo y profesional, así como para su integración social.
Los voluntarios/as desarrollan la actividad de voluntariado en un país distinto. Estas actividades, normalmente con el inglés como idioma común y de apoyo, pueden ser enfocada a cultura, deporte, ecología, música, personas con diversidad funcional, cine, educación infantil y muchos más, se realiza a tiempo completo durante un periodo determinado “entre 1 y 12 meses” en beneficio de la comunidad, y aunque es no remunerado y sin ánimo de lucro, puedo asegurar que el coste de realizarlo es o ínfimo o inexistente, pues estará cubierto el alojamiento, curso de idioma, comida, transporte interno donde se realice el servicio, además entre un 90 y 100% del coste de billete para llegar al país de destino.
Los requisitos para acceder son simples, ser residente en España, en nuestro caso, y tener más de 18 años o 16 en ciertos casos.
Cuando acudí a mi organización de envío de Tenerife, me ofertaron una serie de Voluntariados disponibles a los cuales me podía presentar como candidato. Había infinidad de países, duraciones y destinos, pero no sé por qué, me llamó la atención Letonia, puesto que no tenía ni idea de qué clase de país era, ni dónde estaba. Consistía en un proyecto de educación infantil con niños en riesgo de exclusión social o problemas familiares. Así que lo solicité de la forma en la que se solicitan todos los servicios EVS, con una carta de motivación, en ella expliqué por qué quería acceder a ese voluntariado y ¡la suerte tocó mi puerta, me aceptaron y estaba dentro!
Avión
Tan solo un mes más tarde y tras una formación pre-servicio por parte de la asociación de envío, me encontraba en el Aeropuerto de Riga donde nos recibió a mí y a las otras 2 voluntarias de Tenerife, un hombre de 2 metros de alto y casi lo mismo de espalda. Tenía tanta corpulencia como simpatía.
Al salir del aeropuerto era de día, aunque el reloj marcaran las 12 de la noche, ¿Qué pasa aquí? ¿dos horas más? ¿dos horas menos?… no Iván, en el verano letón, no se hace de noche hasta entrada la madrugada… ¡madre mía!. Entonces y a partir de esa anécdota fueron sucediendo una tras otra que me hicieron descubrir cuan divertidos son a veces los choques culturales, y es que si empiezo a escribir anécdotas no terminaría nunca.
Nos fuimos conociendo durante los 222km en coche con pinchazo incluido hasta Liepaja, mi paraíso personal, el destino que nadie conoce, la pequeñísima ciudad donde hubo un antes y un después en mi vida.
Al llegar era de noche y tras pasar por la zona más residencial de la ciudad, llegamos a una zona “chunga” al parecer deteriorada, y al frente a nuestro edificio solo había cuervos husmeando en la basura. Sí, tenía miedo, el cual aumentaba al entrar al edificio y posteriormente al apartamento. 3 habitaciones, una para 5, otra para 2 y otra para 3. ¿Les parece algo bueno o malo? Yo les quiero decir que fue una experiencia extraordinaria, yo compartí habitación con Joao, en la otra estaban Luiza y Luisina, en la tercera y más grande, Givanna, Samira, Estaphanie, Katie e Isabel. La convivencia fue muy buena, sobre todo tras el training course que se realiza en todos los EVS al comienzo mediante el cual un entrenador guía convive unos días junto con voluntarios de todo el país para mentalizar y motivar a los voluntarios para el proyecto a realizar. Los voluntarios se convierten en tu familia, aprendes a cocinar platos de sus países, expresiones en otros idiomas, apoyo moral, artes, deportes y un sinfín de posibilidades, tantas como serías capaz de enseñar tú de estar en la situación.
Con respecto al trabajo, nuestra misión era preparar actividades educacionales y por temas como; deporte, Europa, ciencia, música, entre otros, para un grupo de unos 40 niños que llegarían de lunes a viernes de 8:00 a 16:00. Recuerdo ese  primer día, cuan nervioso estaba. ¡Solo escuchaba letón y los niños nos miraban de una forma que asustaba aun más!
Nunca había trabajado con niños antes, no tenía conocimientos para ello, y aun así descubrí la fuerte conexión que tenía con ellos, me divertí más que ellos, aprendí muchísimo pues fueron solidarios, amables, cariñosos y valientes.
Recuerdo un día en el que los niños estaban un pelín rebeldes para hacer unas tareas de aprendizaje de ciencias, por los que les dije, si no la hacen, no sé por qué, pero con la mano en mi barba, la cual tenía desde el día 1, les dije: ¡si no hacen la tarea mañana vengo afeitado! Tendrían que ver a esos niños corriendo a abrazarme rogándome que no hiciera eso,  que harían la tarea. Desde entonces, tras haber ejercido 6 meses en un restaurante de Escocia, 2 años después no he sido capaz de afeitarme.
En los EVS existe bastante tiempo libre, además de vacaciones, dependiendo de la duración de los mismos. Recuerdo que después de las actividades hacía de todo, me había convertido en una persona muy diferente, y lo que en Tenerife hacía en una semana, lo hacía en escasas horas allí en Letonia, también apoyado por la gran cantidad de tiempo con luz. Jugué al futbol, además de hacer jogging en la increíble playa de Liepaja que nada tiene que envidiar a las canarias, además hice voluntariado local extra, visité casi todo el país, Lituania, Estonia, pero lo mejor del tiempo libre era cuando a eso de las 21.00 con aspecto de atardecer, cogíamos algo para beber, la guitarra, una pelota e íbamos a la playa a divertirnos y compartir cultura y experiencias.
No me llevé nada especial a Letonia, pues no suele hacer falta. Por norma general, y si la organización de acogida es normal, ellos te facilitarán casi todo lo que necesitas, por lo que con llevar lo que llevarías a cualquier viaje te vale, teniendo en cuenta la ropa adecuada a la actividad a desarrollar y peculiaridades de ciertos países como conectores, adaptadores y otros.
Tras dos meses intensos y sin tan siquiera pensarlo me encontraba en el último día de actividades con niños el cual se desarrolló con normalidad hasta el último minuto, donde proyectamos como cada viernes el video resumen de lo que había sido la semana, entonces comprendimos que no habría mas niños, no mas playa ni convivencia, no mas letón ni inglés. Los niños fueron los primeros en hacer caer una lágrima, para que luego se convirtiera en un mar de llanto. 3 horas estuve llorando. Tardé en recuperarme emocionalmente hasta el día siguiente que fue entonces cuando comprendí de que no era un final, sino el comienzo de algo dentro de mi.
Voluntariado, Cooperación, Manos, Unidad, Tercer Sector, ONG
Estaba en lo cierto, pues tan solo un mes más tarde estaba en Polonia realizando mi segundo proyecto EVS también con niños con una duración de 9 meses, donde necesitaría más de 100 páginas para describir mi vivencia allí.
 
Actualmente no puedo realizar más proyectos de SVE, puesto que solo se puede realizar un proyecto por persona excepto las personas que realicen un proyecto de 2 meses, en ese caso pueden realizar otro proyecto de cómo máximo 10 meses para así completar el año. De no ser así hubiera realizado uno o diez proyectos más, ¿Quién sabe? Pero ahora me siento en la obligación de colaborar aquí en casa, donde creo que falta información sobre éste tipo de proyectos o ayudar en los proyectos que se desarrollan en canarias.
Sin duda hubo un antes y un después en mi primer EVS. Cuando lo solicité me encontraba con la motivación por los suelos, sin ánimo de levantarme y lo que es peor, sin esperanza. En Letonia, tanto los niños, los compañeros  y sobretodo los coordinadores, no dejaron de mostrarme su gratitud y me hicieron saber cuan útil era, que tan bien se me daba. En fin, me hicieron sentir valorado, algo que no me había pasado en años. No mentían, pues me lo ganaba a pulso, pero para ello, debía existir la posibilidad de demostrarlo, y así fue.
Hoy sigo buscando trabajo pero nadie será capaz de arrebatarme en ese rincón de mi memoria Liepaja, los niños y en general mi EVS. Por ello, ahora soy el tutor de un joven de Indonesia que viene a realizar un proyecto EVS a Tenerife de turismo sostenible y senderismo entre otras muchas actividades.
A quien esté leyendo esto, no importa de qué isla seas, La Palma, Fuerteventura, La Graciosa, si de verdad quiere vivir una experiencia tan enriquecedora como la que yo he relatado, le pido que solo de el primer paso, que se informe un poco más a fondo. Existen asociaciones en Tenerife que realizan envíos, no será tarea fácil pero estoy seguro que lo pueden lograr, solo necesitan estar motivados porque no les faltará gente que les apoye y ayude a lograrlo»

Iván 🙂

 

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3 thoughts on “Voluntariado Europeo. ¡La experiencia de Iván!

  1. Fran

    Enhorabuena Iván – que envidia… Estaría encantado en poder informarme y poder dar el salto …. Un abrazo …
    FRAN

  2. Yenifer

    Buenas noches Ivan, después de leer tu enternecedora historia y de llevar un tiempo con muchísimas ganas a dar ese paso, solo me gustaría, si no es molestia, saber información de esas asociaciones que mencionas… Para poder ponerme en contacto con ellos. Enhorabuena y mucha suerte en tu trayectoria. Un saludo.
    Yenifer

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