Sin duda alguna uno de los mejores momentos que tiene el proceso de selección para cubrir un puesto de trabajo es el instante en el que suena el teléfono y nos comunican que nos van a citar para una entrevista de trabajo. El solo hecho de tener la oportunidad de vender nuestra candidatura a la persona que está tras la búsqueda de un perfil en el que creemos que encajamos, nos pone los nervios de punta y las palpitaciones en su estado más elevado. ¿Te reconoces en este ejemplo?
Hoy me gustaría que tratásemos algunos de los aspectos que están relacionados con el porqué del miedo a la entrevista de trabajo y el cómo podemos afrontarlo. Empecemos definiendo el concepto como tal. Según la RAE el miedo es “la perturbación angustiosa del ánimo producida por un riesgo o daño real, o imaginario”. El miedo tiene su razón de ser en la supervivencia del ser humano y sin él no hubiese sido posible la existencia humana.
¿Sabes por qué nos ponemos nerviosos/as? Son muchas las razones que pueden coexistir: el hecho de haber realizado pocas entrevistas de trabajo, que nadie nos diga como tenemos que desenvolvernos o como lo hemos hecho, no tener controlada la situación de entrevista, saber que estamos siendo evaluados, que nos jugamos nuestro futuro laboral más inmediato, o que puede que esta sea nuestra gran oportunidad. ¿Parecen suficientes razones que lo justifican verdad? No ponerse nervioso es misión (casi) imposible.
Entonces, ¿Cómo podemos hacerle frente? Existen estrategias que facilitan la disminución de los niveles de nerviosismo y que ayudan a afrontar mucho mejor el miedo, vamos a relacionarlas:
- Preparar la entrevista de trabajo. Una situación de entrevista la controla el entrevistador/a, pero las respuestas dadas a las preguntas del mismo es algo que tenemos que tener controladas los candidatos/as. ¿Alguna vez has ensayado la entrevista, te has grabado para luego verte o has revisado todos los puntos débiles y fuertes de tu Currículum? Estas son prácticas habituales previas a la entrevista que ayudan a disminuir nuestro miedo a la misma.
. - Acudir al lugar de la cita con tiempo, y si lo necesitamos, llevar un acompañante (pero no entremos con el hasta el lugar de la entrevista por favor, está muy mal visto). Prevé las situaciones que tienden a ponernos nerviosos: no llegar a tiempo, desconocer el lugar donde nos han citado, el tráfico, aparcamiento… Todo ello ayudará a no tener contratiempos que nos compliquen ese estado racional.
. - Sustituir los pensamientos negativos por otros más positivos: “Si he podido en otras ocasiones, ¿por qué no voy a poder en ésta?”, “Si he llegado hasta la entrevista es porque ya tengo posibilidades, voy a aprovecharlas”. Lo que pensamos (componente cognitivo) influye directamente en lo cómo nos sentimos (componente fisiológico) y en la respuesta que llevemos a cabo (componente conductual). Los 3 componentes se retroalimentan constantemente de tal manera que “Si pienso que soy capaz de superar la entrevista de trabajo, me encontraré más seguro de mi mismo (menos palpitaciones, sudoración…) y seguramente acudiré a la entrevista de trabajo”.
. - Aplicar otras técnicas de respiración comúnmente conocidas por todos como inspirar y espirar varias veces para conseguir la reducción de las palpitaciones, o practicar Yoga, meditación, etc. Todas ellas facilitan mucho el alcanzar niveles de relajación que ayuden en este tipo de situaciones.
. - Por supuesto, tomar alguna infusión relajante o una pastilla al uso, puede servirnos puntualmente para bajar el nivel de nerviosismo pero no suelen ser la opción más recomendada. Siempre es mucho mejor para superar el miedo existente que las acciones de nuestros actos estén comandadas por nosotros mismos.
Seguramente ninguna de estas estrategias sea infalible para superar el miedo/nerviosismo que nos produce una entrevista de trabajo. Pero conocer el por qué nos sentimos nerviosos, racionalizar ese miedo, conocer los mecanismos implicados, y mezclar algunas de las estrategias con el objeto de llevarlas a la práctica, mejorará sin duda alguna la forma de enfrentarlo. ¡A por todas!
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La Imagen protagonista de este post pertenece a la fantástica ilustradora Agustina Guerrero
Feliz día! 🙂